Nabucodonosor era el rey más grande de la tierra. Tenía todas las razones para estar orgulloso de sus logros. Gobernaba el imperio más grande que el mundo había visto, desde sus palacios en la ciudad más hermosa del mundo: Babilonia. Y la había construido él mismo. Esta es la historia de su lucha por aceptar que él no era el centro del universo y que el verdadero Dios tenía el control. Llega a su clímax con el rey en un campo comiendo hierba como una vaca, completamente loco. Pero tiene un buen final. Esta historia nos hace ver cómo Dios ha trabajado a lo largo de nuestras vidas para revelarse a nosotros, y nos ayuda a reflexionar sobre dónde estamos en este viaje tan especial llamado vida.