Diana, Daniela y Darío llegan a su nuevo hogar, aún inmersos en el caos de la mudanza. A pesar de no estar preparados para recibir a su grupo pequeño, los miembros de este llegan dispuestos a ayudar, trayendo consigo herramientas, comida y preocupación por la salud de Diana, quien se encuentra embarazada. La sala se convierte en un escenario caótico pero lleno de solidaridad. Paula lidera una emotiva oración que evoca recuerdos y tensiones familiares, así como los desafíos de adaptarse a cambios laborales y nuevas realidades.